Parece que la práctica voluntaria no me fue mal, y pronto la emisora me hizo ¡ el primer contrato! ...Una sustitución para el verano, mientras los viejos locutores se iban de vacaciones. Allí conocí curiosamente, y tuve oportunidad de trabajar con ellos codo con codo, a los mismos que cuando era pequeñito me acogieron como concursante en sus programas, Fernando Forner y Josefina Rizo, con la que también coincidiría después en Radio Nacional. (El pluriempleo era muy común entonces en las emisoras de Madrid).

Por allí estaban también varios mitos de la radio de mi infancia, Angel de Echenique, Ernesto Lacalle, José Luis Montero, Isabel Baeza (Con quienes coincidí también en TVE), Maria Elena Domenech, y el más simpático de todos, Manuel Garcia Pizarro...
La Inter, me permitió seguir practicando en directo y pasar a hacer trabajo de "locutor de continuidad" . Consistía en estar ante el micrófono una serie de horas, dando paso y enlazando espacios, (incluidas las célebres "Peticiones del Oyente"), músicas seleccionadas sin mucho criterio, y publicidad (cuando la había). Con todo eso, a mí no me importaba nada levantarme a las 5 de la madrugada para estar en la calle Modesto Lafuente a las 6, abriendo la emisión. Siempre con el mismo pasodoble: "El niño de Jerez
"Aquí, Radio Intercontinental, Madrid"

Apertura de una emisión en 1977
Avanzado el programa y superada la fórmula tradicional y obligatoria de "apertura de emisión", vendría una cierta marcha, con el bloque que yo mismo me atreví a proponer al Jefe de Programas, (Don Pablo Cabl) para intentar envolverlo todo con una fórmula algo menos convencional. Eso sí, con la música hortera que programaban, y con las noticias que yo mismo iba reahaciendo a mano de los periódicos. Las informaciones "serias" nos las facilitaba RNE, como estaba establecido por Ley, a través de un telex....
Al bloque en cuestión le llamé... "Madrugando"
Recuerdo perfectamente que aún existía una ostensible censura en aquella emisora, no en vano perteneciente al ex-ministro de Franco, Ramón Serrano Suñer, que conservaba aún en su mano las emanaciones del mismísimo Hitler al que saludara en
Hendaya, años antes.
Mi sueldo por aquel trabajo, del que aún conservo copia del contrato, fue de 10.000 ptas. al mes, pero de publicidad me sacaba 20.000, por
anunciar "Fajas Marjo", "Lubricantes Repsol" y un concesionario de Chrysler.
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