Solo un 10 por ciento de la audiencia vio el debate de la 1 con los cabezas de lista de las dos principales formaciones candidatas a las elecciones europeas del 25 de mayo. Lo que menos esperábamos era una nueva confrontación basada en "los trapos sucios" de siempre, el juicio al olvidado zapaterismo y los consabidos reproches estúpidos entre PP y PSOE. Los dos aspirantes escenificaron su propio hundimiento como representantes de un bipartidismo que toca a funeral. La ciudadanía española sumida en una crisis a la que le han llevado los más fuertes (banqueros, gobernantes, empresario), necesita políticos, que no solo los representen , sino que con savia nueva sepan gestionar para el pueblo (titular de la soberanía, como reza nuestra Constitución). Un espectáculo lamentable anoche en TV, entre Valenciano y Cañete, que da vergüenza ajena con la que está cayendo. Confieso que no vi el debate entero. No lo pude resistir y me extraña que haya conseguido aunque solo sea, una cuota de pantalla del 9,5%. Fue seguido por 1.836.000 espectadores.Pregúntenles
Guillermo Orduna