Nadie habla de ella, pero sí podría haber una salida: La solución a cinco.

El Rey Felipe, al que le hace falta, podría consolidarse con una propuesta ante el bloqueo e inanición de los políticos, consistente en pedir a los 5 partidos más votados: PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU-UP apoyar un gobierno de denominador común y tiempo limitado, para hacer las reformas necesarias: constitucional, laboral, de regeneración política y de la justicia, electoral, etc.

Los cinco líderes deberían suscribir un acuerdo histórico, un Pacto de la Zarzuela, comprometiéndose a dejar de lado las discrepancias y trabajar sobre los acuerdos, buscando soluciones intermedias y asumibles entre todos y trabajando en comisiones para conjugar las propuestas de cada uno en cada una de las grandes materias. Más complicado sería aunar posiciones en la cuestión catalana y el referéndum, pero podría pactarse también una congelación con la Generalitat catalana, hasta una próxima legislatura, de manera que se le permitiera hasta entonces trabajar su “proyecto constituyente”, siempre que no se den pasos irreversibles ni ilegales.

Solo faltaría acordar un presidente del Gobierno que asumiera este papel y lograra un nuevo consenso histórico que fijara las reformas necesarias para los próximos decenios, con un gabinete integrado proporcionalmente por las cinco fuerzas que deberían buscar, por supuesto, figuras de acreditado talante de diálogo y de irreprochable limpieza en su trayectoria. O bien un gobierno de figuras técnicas de peso, consensuadas por los partidos.

No es nada fácil, pero hay que dar respuestas dificiles para situaciones dificiles y sería la solución de la que todos estaríamos satisfechos pasado un tiempo y nos permitiría hablar de verdad de una segunda transición.