Desde el 20-D todos dan por hecho que el Rey va a encargar gobierno a Mariano Rajoy como cabeza de lista del partido más votado. También se descuenta que el líder del PP va a perder la investidura y seguidamente el Rey propondría al segundo líder más votado para que se someta al Parlamento, es decir al socialista Pedro Sánchez.
El Jefe del Estado, según la Constitución "previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno". Ni siquiera señala que encargará la misión de formar gobierno a quien goce de más apoyos iniciales para ser votado, pero es evidente que de no ser así, la consulta con los líderes políticos sería inútil. Es decir ¿el Rey puede hacer la propuesta sordo y ciego a las circunstancias y perspectivas de que salga adelante? No parece muy razonable.
Los representantes políticos le están diciendo al Monarca, uno tras otro, que no tienen intención de apoyar a Mariano Rajoy para ser investido presidente de nuevo, y en cambio varios de ellos le están adelantando con matices su apoyo a Pedro Sánchez. El segundo ya ha dibujado su programa, sus reformas y ha hecho guiños indudables a grupos nacionalistas e incluso independentistas que le podrían favorecer con su abstención. En cambio el primero -el líder del PP- permanece mudo e inmóvil ante sus potenciales socios. No ha hecho ofertas ni trazado intenciones de gobierno. ¿Por qué? Precisamente para defender ante el Rey que su investidura es posible cuando anuncie y explique su programa de gobierno en el Parlamento, y esto el Jefe del Estado no se lo puede negar. El gallego no da pasos en falso nunca y quiere evitar que el Rey actúe con lógica y proponga como candidato a quien más posibilidades tiene de ser investido, que hoy por hoy -aunque con muchas dificultades- es Pedro Sánchez. Dos opciones para Felipe VI: actuar con la lógica y proponer la tarea de gobernar a quien más apoyos tiene o rendirse a la gallegada de proponer a Rajoy para que intente convencer en la sesión de investidura. LO que no me cabe duda es que Rajoy, aunque lo parezca, no se ha rendido, e esperaría un batacazo de Sánchez, si éste es propuesto en primera instancia por el Monarca, para salir él a la palestra del Parlamento como segunda opción.
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