El nuevo programa de debate de TVE, "Así de claro" dirigido por Ernesto Saenz de Buruaga no empezó con muy buen pie. Solo consiguió un share del 6,5% de audiencia lo que le hace candidato a su desaparición, según sus propios responsables, si no consigue un porcentaje del 12 % en cuatro semanas. Pero más allá del nivel de aceptación, o en relación con él, están los contenidos. Y los televidentes no pueden aceptar un programa de debate en el que la elección de sus componentes está a todas luces reñida con los más elementales criterios de ecuanimidad y pluralidad. No se puede armar un debate en un medio público y tampoco lo haría ninguno privado, en el que todos sus participantes estan por derecho propio o trayectoria enfrentados a una opción política. El director del diario conservador ABC, Bieto Rubido; la periodista Victoria Prego de El Mundo; Ángel Expósito de la COPE; dos críticos del ala más conservadora del PSOE, Joaquín Leguina y Francisco Vázquez, un escritor que no suele pasar más allá del egocentrismo y la provocación contra cualquier idea de progreso; el Fiscal Gordillo, alineado con una forma estrecha y dura de concebir la justicia, etc...
La primera regla de lo que debe ser una televisión pública, plural, se incumple de una forma grosera. No se puede aducir en defensa del planteamiento del programa que los demás también lo hacen en el otro extremo del tablero político. Es que los demás, como bien sabe Saenz de Buruga, no son lo mismo. Son empresas privadas de televisión, que también deben como todo medio respetar los principios éticos y de pluralidad, pero pueden tener un objetivo y una línea editorial. Así que, primera cosa que no es cierta.
Leo en las informaciones sobre la presentación de este programa que según sus impulsores se han inspirado en el espacio "De porta a porta" de la RAI (la televisión pública italiana), ejemplo de todo lo contrario, pluralidad y contraste de pareceres absoluto, que se mantiene ininterrumpidamente desde 1996, ligado por cierto al área de programas informativos (TG-1) y dirigido por Bruno Vespa.
Para redondear la situación, Ernesto S. de Buruaga ha declarado que "ya está bien de bromas", que él ha estado en RTVE a las órdenes de unos y de otros y que pasó de tener fama" de joven periodista progresista a ogro de derechas". Yo que estuve allí no recuerdo lo primero, ni tampoco lo segundo. Simplemente recuerdo que todos sabíamos que Ernesto era un periodista alineado y patrocinado por Aznar al que conoció de cerca, y a él se debió y seguramente se debe. Incluso me consta que Saenz de Buruaga en aquella época fue impuesto "desde arriba" (seguramente como cuota del Psoe al PP) para algunos puestos, incluso después de que se hubiera comunicado a otros compañeros que iban a desempeñar una responsabilidad. Al día siguiente llegaba Ernesto y decía: " Ya ves, a veces se gana y a veces se pierde". Luego presentó persiguió un telediario con Pilar Miró a la que hostigaba a diario enviándole flores, mientras jugaba al padel con los más selectos directivos de RTVE que le pudieran ser útiles. Miró dijo en una reunión en la que estuve presente: "Ernesto, ya está bien, lo del telediario todavía no. Sigue en la radio". Al final tuvo que esperar a la etapa de Jordi García Candau para aparecer ante las cámaras de la tele pública.
El propio periodista reconoce ahora textualmente en una entrevista en "El Periódico”: "Llegó Aznar y me hizo director de Informativos de TVE, porque me conocía de ser jefe de informativos de RNE en Castilla y León, con el PSOE en el poder”. Por eso digo que, "salvo alguna cosa"...