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  • Guillermo Orduna

60 años de tve: del dominio a la nostalgia


PINCHA EN LA IMAGEN PARA VER LA GALA COMPLETA EN TVE

Quienes estamos y hemos estado cerca del proyecto de radiotelevisión pública en España vivimos con algo de desazón efemérides como la actual en la que TVE cumple seis decenios de vida. Nuestra televisión más antigua celebró, e hizo bien, el cumpleaños como debía, con un programa especial de televisión, que alcanzó mayores cotas de calidad y eficacia de las que cabía esperar de una empresa en clara decadencia. Lo escribo con el realismo del periodista y el dolor por lo que me toca.

La Gala, presentada por Raffaella Carrá, más allá de las dudas sobre si había alguien más apropiado que la simpática showoman italiana, para ponerse al frente del escaparate de la televisión de España, fue capaz de suscitar valiosas emociones con la dosis inevitable de nostalgia y la autosatisfacción de haber sido pioneros y por tanto acreedores del indiscutible mérito del que abre camino. El programa presentó también algunos hallazgos, sin que faltara ninguna imagen fundamental de los seis decenios, aunque siempre cabrá decir que hubo omisiones de nombres y momentos. Alternaron algunas imágenes tópicas con otras redundantes y asomaron otras poco vistas. (atreviéndose incluso a prescindir de las “empanadillas de Martes y Trece”, algo de agradecer) También hallazgos televisivos, digo, como colorear algunos momentos solo reconocibles en el blanco y negro de la época, y la reconstrucción bastante fidedigna de los telediarios de cada década, resucitados en clave de humor para no caer en la simpleza o la ñoñería. Pero frente a ello, alguna secuencia de la historia de la televisión con imágenes “fijas” de momentos de los que sin duda se dispone de imágenes en movimiento. Nada menos idoneo que reproducir televisión en foto fija.

Quizá poco tiempo de preparación para un guión aceptable en comparación con otros pretendidamente graciosos que nos han sonrojado en acontecimientos similares de nuestra TVE.Números musicales, quizá demasiados, aunque no pueden faltar en un espectáculo televisivo, pero poca reflexión, poca valoración sobre lo que fue nuestra primera y siempre privilegiada, por única, televisión. Poco trabajo de fondo en torno al lenguaje y el significado social de los programas de la tele en la España gris del franquismo; y en otra época como impulso de apertura en un marco paulatinamente abierto a la participación y al espíritu democrático, en el que también RTVE cumplió, al tiempo que llenaba sus pantallas del color y su radio de dinamismo, un papel indiscutible en el proceso de la transición.

Quizá haya otros espacios más de reflexión en los programas de reportaje de la casa para cumplir estas expectativas que he echado de menos. En todo caso, el programa especial miró exclusivamente al retrovisor, quizá porque nuestra televisión estatal que lo fue todo, ha asumido ya que puede empezar a no significar nada, si no existe pronto la voluntad política de dotarla de nuevo de un marco legal de pluralidad que la ponga al servicio de todos, como empezó a ocurrir mediada la década del 2000.

Y el mayor acierto de esa noche de televisión, la utilización de uno de los mayores y menos explotados activos de la casa, la magnífica orquesta sinfónica de RTVE que puso la nota, las notas, más exquisitas de la producción con momentos estelares como cuando arropó la desmesurada voz de Mónica Naranjo cantando aquel "Vivir así es morir de amor" de Camilo Sesto: Melancolía …

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