Me ha sorprendido mucho un artículo de hoy en El país, del escritor y periodista escocés, John Carlin que diría, roza el límite de lo políticamente correcto. Podemos ser críticos con Aznar, Zapatero o Rajoy por su actuación en foros internacionales donde no han destacado por el uso de la lengua más universal, que es el inglés, pero de ahí a decir esto, no sé si debemos casi ofendernos:
"El chulito Aznar; el endeble Zapatero; la momia Rajoy: lamentable que desde 1996 esto fuera lo mejor que la política española haya sido capaz de producir. Se presentaban en foros internacionales o se reunían cara a cara con los jefes de gobierno del norte de Europa, o Estados Unidos, y no estaban a la altura. Sabiéndose impostores en semejante compañía (sí, Aznar en el fondo también), los tres a su manera se achicaban, visiblemente incómodos cuando eran invitados a subir a las mesas de la gente grande. A lo largo de estos años personas que han ocupado altos cargos en la Foreign Office o en el 10 de Downing Street me han dicho que tanto los jefes de gobierno británicos como los franceses, alemanes, holandeses y otros han llegado a sentir vergüenza ajena a la hora de sentarse a dialogar con individuos de tan bananero nivel.!"
Carlin dice que ahora, si gobiernan Iglesias o Rivera ya no tendremos que avergonzarnos cuando se sienten en la misma mesa con quienes gobiernan EEUU, Gran Bretaña o Francia. Cree además que ahora estamos ante políticos de calidad, frente a la podredumbre pasada y que nos deberían tener envidia por el nivel que hemos alcanzado, Para el escritor británico, Pablo Iglesias ha tenido la sensatez de distanciarse de Chaves y Putin , no como Jeremy Corbyn , el líder laborista británico al que califica de "caricaturesco “anti-imperialista” estancado en los dogmas de los años setenta". No creo que haya estado muy fino Carlin, ni muy objetivo, la verdad.